Buscar este blog

18 mar 2019

Nadie nos ha enseñado a estar solos


Está claro que no somos máquinas y que desde que nacemos tenemos multitud de fallos que, a medida que vamos creciendo, tratamos de solucionarlos o de amoldarnos a ellos. Pero uno de esos grandes fallos a los que más nos cuesta ponerle remedio es que no solemos estar ‘programados’ para estar solos, es decir, para encontrar la felicidad en nosotros mismos sin depender de otros.

Desde pequeños se nos protege de una manera que nos hace recurrir siempre a otra persona si hay cualquier problema, o incluso aunque no haya ninguno, es importante tener a alguien que te cuide y te proteja. Esto no es una crítica incitando a los padres a que dejen que sus hijos crezcan como Mowgli en ‘El libro de la selva’, pero sí me hace pensar que una vez que llegamos a ser adultos, no tenemos herramientas suficientes para arreglárnoslas por nuestra cuenta, y eso nos lleva a buscar en los demás una ayuda para sobrevivir.


Dicen que “ser feliz en soledad es la clave para disfrutar de la compañía”, y es precisamente eso lo que hay que lograr, disfrutar de esa compañía sin que sea una relación de dependencia, aunque probablemente en muchos casos sea mutua.
Vivimos una época en la que nos da pánico estar solos, y llegamos incluso a prostituir nuestro propio tiempo, entregándoselo a cualquier persona con tal de sentir que estamos acompañados, da igual si no te aporta nada o si incluso llega a ser tóxica para ti, porque lo único que quieres es no estar a solas contigo mismo, porque hay miedo a lo que nos podemos llegar a decir.

No hay que confundir el ‘aprender a estar solo’ con volverse una persona solitaria, no tiene nada que ver. La diferencia es que debemos aprender a querernos a nosotros mismos y ser capaces de filtrar sobre nuestro entorno a la gente que realmente nos interesa tener cerca, y diferenciarla de los que tenemos porque sí. Esta tarea no es fácil de llevar a cabo, precisamente porque nadie nos ha enseñado a hacerla, pero cuando empiezas a dedicar una parte del tiempo de tu vida a conocerte a ti mismo, los resultados empiezan a verse.

Una vez, una psicóloga me pidió que hiciera un círculo sobre cómo gestionaba y a qué o quién dedicaba mi tiempo, a lo que yo respondí con sinceridad, dividiendo entre trabajo, amigos, deporte… Su reacción fue rápida, y me dijo que eso estaba bien, pero que ¿dónde estaba el tiempo para mi? Y creo que ha sido la vez que más me han dejado en fuera de juego, porque yo pensaba que mi felicidad estaba repartida en todo ese círculo, pero no podía estar más equivocado. Aquel círculo me hizo pensar mucho, y desde luego es algo muy recomendable para que cualquier persona analice si su tiempo lo tiene bien invertido, porque no es algo precisamente que nos sobre.

Cierto es que otro de los problemas que tiene esta sociedad es el prejuicio de mirar como a un bicho raro a todo aquel que exprese su deseo de pasar un rato a solas, porque ya le tachamos de autista o de amargado si no sigue al resto de la manada. Pero estamos realmente equivocados con eso, y es algo que nos sirve para cualquier tipo de relación, y es que vuelvo a hablar de lo que ya dije una vez en este blog, que la gente ya piensa que eres feliz si estás en una relación, porque has cumplido con lo que esta sociedad espera de ti. Nadie te pregunta si eres feliz junto a esa persona, lo dan por hecho, pero si no estás con nadie también dan por hecho que eres infeliz y que ojalá encuentres a alguien pronto que te complete.

Y eso último nos lleva a otro tema del que ya hablaré otro día, que es lo poco preparados que estamos para asumir el fracaso. No somos capaces de gestionar que hemos fallado, que alguien nos ha fallado o que nuestras expectativas no se han cumplido. Y solemos tratar de refugiarnos en nuevas experiencias o nuevas personas para olvidar cuanto antes esos fracasos, sin dar tiempo a aprender de ellos, con lo que es muy probable que se repitan. Pero eso ya será otro cuento, hoy bastante tenemos con intentar buscar la felicidad en nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario